De repente, un lobo salvaje irrumpió por la entrada del hospital, su poderosa presencia envió ondas de choque a través de los pasillos. La vista de la feroz criatura causó pánico y confusión entre el personal y los pacientes. Las enfermeras se dispersaron, buscando refugio de la imponente figura del lobo. Entre ellos estaba una joven enfermera llamada Emily. Con los ojos muy abiertos y las manos temblorosas, observó cómo el lobo merodeaba por el hospital, su mirada feroz atravesaba el caos. Sin embargo, en medio del miedo y el frenesí, Emily notó algo inusual.
El lobo llevaba algo en sus fauces......